Quizá penséis que este título es demasiado agresivo, pero no es más que una muestra de mi indignación hacia esta sociedad que, entre muchas otras cosas que me disgustan, legisla a golpe de telediario.
Estoy hasta las narices de que la gente piense que aumentando las penas, inhumanizándolas (como es pedir la cadena perpetua o pena de muerte para según qué delitos), se pueda reducir la criminalidad. Señores, la criminalidad no se reducirá por el código penal y sus sanciones, se reducirá por la educación y la prevención que se hagan antes de que se cometa el delito.
Pero yo he venido a hablar de mi libro, como diría Francisco Umbral, y el tema del que quisiera hablar hoy no es otro que el de la violencia de género. Tema del cual la prensa se hace eco CADA DÍA sin tener mucha idea de lo que se considera violencia de género y lo que no. Así que este artículo de hoy se lo dedico a mis amigos los periodistas que tanto aprecio como habréis podido ver en la entrada anterior.